El Mundo de Manté es un espacio formativo diseñado para niños y niñas que integra educación emocional, psicología y juego simbólico, con el objetivo de fortalecer la autonomía, la resiliencia y la construcción del yo. Reconoce que la infancia y la adolescencia son construcciones socioculturales, y que los desafíos generacionales, aunque históricos, se intensifican en el contexto digital actual.
Se desarrollan en un momento íntimo y simbólico: el sueño. Nuestro momento más solitario.
Transforman la soledad en reflexión, autoconocimiento y creatividad.
Permiten explorar emociones profundas como miedo, ansiedad, ira e inseguridad.
Fomentan pensamiento crítico, resiliencia y construcción del yo.
Crean un refugio frente a la presente y futura sobreexposición tecnológica y la comparación constante.
Acompañan y sostienen las emociones que los cuentos despiertan.
Facilitan la gestión emocional, convirtiendo sensaciones difíciles en recursos internos.
Promueven autonomía, confianza y seguridad afectiva.
Cada muñeco encarna un elemento que transforma emociones claves tratadas en los cuentos, que exploran sensaciones cotidianas, en una sociedad marcada por ser vertiginosa, violenta, frívola e individualista:
Aire: disipa el miedo, aporta ligereza y curiosidad.
Fuego: disipa la ansiedad, canaliza la energía en acción positiva.
Agua: disipa la ira, promueve calma, empatía y fluidez emocional.
Tierra: disipa la inseguridad, aporta firmeza y arraigo.
Cuentos, muñecos y elementos funcionan como un sistema integral de aprendizaje emocional.
La soledad y la imaginación se transforman en oportunidades de reflexión y creatividad.
Desarrolla habilidades de autonomía, empatía, pensamiento crítico y regulación emocional.
Fortalece vínculos afectivos y confianza en uno mismo.
Cada generación enfrenta sus propios desafíos; lo importante es acompañar el desarrollo emocional.
La infancia y adolescencia son respuestas a los contextos socioculturales que construimos.
El Mundo de Manté convierte la soledad y el juego en experiencias formativas, preparando a los futuros jóvenes para un mundo digitalizado, veloz y complejo.
La brecha generacional se intensifica con la tecnología y la sobreexposición mediática.
Padres y adultos perciben un mundo distinto, sin comprender completamente el lenguaje emocional y simbólico de los más jovenes.
Espacios como El Mundo de Manté permiten explorar emociones, fortalecer la autonomía y desarrollar seguridad interna frente a la complejidad contemporánea.
El Mundo de Manté transforma la soledad, el juego y la imaginación en herramientas de aprendizaje emocional. Brinda un espacio seguro donde niños y niñas pueden:
Explorar sus emociones y construir un yo resiliente.
Aprender a dialogar con sus sensaciones más profundas. Pudiendo reconocerlas, definirlas, desmitificarlas y naturalizarlas.
Desarrollar autonomía, empatía y pensamiento crítico.
Prepararse para crecer en un mundo veloz, digitalizado y complejo, sin perder la capacidad de soñar, sentir y sentirse seguros.